Es el sector donde históricamente se desarrolló la vida política, económica y social del poblado desde su etapa colonial, como lo señala el viajero suizo Isaac Iselin en 1808 que habla que en sus cercanías estaban las casuchas de los pescadores, y la instalación posterior como puerto menor de bodegas (1855), y como villa en diciembre de 1857, en los terrenos de la entonces hacienda Conchalí, propiedad de Arsenio y Carmen Larraín, quienes tuvieron serias diferencias con los precios de tasación fiscal (hasta 1884), juicio subsanado en favor del Estado.
El mismo año de su instalación el gobierno autorizó a los importantes comerciantes illapelinos “Casa Gatica & Hermanos” a instalar un muelle de embarque y desembarque que alcanzó a durar algunas temporadas, mientras los primeros vapores como el “Emilia” de propiedad de Mateo Cádiz y Ramón José Morales hacían la primera ruta a Valparaiso.
El muelle se mantuvo operativo hasta 1860 cuando un temporal dio cuenta de su estructura, justo el mismo año en que se inauguró la aduana, cuyas instalaciones albergaron al ejército del gobierno en marcha a La Serena durante la guerra civil de ese año.
Un nuevo muelle se construyó a nombre de la Casa Comercial González y Collados que estuvo operativo hasta 1864, fecha en que otro temporal lo destruyera.
Para 1872 se desembarcaba en el sector muelle bultos, herramientas y vituallas, mientras que se embarcaban cereales, minerales, cebos y grasas de la producción del Choapa, Combarbalá y Petorca, rumbo al norte salitrero o las factorías de Londres o Liverpool, si bien Los Vilos no contó con un muelle entre 1864-1887. Fue la salida al mundo de los productos de la zona, incluyendo la alta producción aurífera de Casuto, Las Vacas y Espíritu Santo (Canela).
Allí se divisó al Huáscar peruano el 6 de octubre de 1879, cuya presencia informada diligentemente por la profesora y telegrafista del puerto, doña Susana Salinas, inició los preparativos bélicos para su captura, dos días después en Angamos. De allí se embarcaron los choapinos para combatir en la guerra del ´79.
Allí, fuera del importante trabajo de obreros y pescadores locales, estuvieron figuras señeras de nuestra historia: Buenaventura Martínez, Juan Williams Rebolledo, Arturo Prat, Luis Uribe, Carlos Condell, Francisco Vidal Gormaz, Vicente Merino Jarpa, Luis Goñi y Tristán Stephan. Benjamín Vicuña Mackenna, Vicente Grez, Abelardo Núñez, Luis Risopatrón, Francisco Astaburuaga, Elías Lafferte, Juan Gandulfo Guerra, Eduardo Cruz Cocke, Aníbal Jara Letelier, Pablo de Rokha, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende. Cinco presidentes de la república en ejercicio: José Manuel Balmaceda, Federico Errázuriz Echaurren, Juan Antonio Ríos, Gabriel González Videla y Carlos Ibáñez del Campo.
La élite local como José Manuel del Río (ancestro del ex intendente Felipe del Río); Baltazar Ureta (hermano de Romelio, el amante suicida de Lucila Godoy); Arsenio, Carmen y Carmela Larraín; Felipe, Cristino y Leopoldo Geisse. Settimio Rondanelli, Pedro Severín, el padre Nicolás Bastías, Benjamín Emparán, Juan José Garmendia, Silvano Serey, Martín Vicuña y Manuel Videla, María Isabel Pellegrini, Eufemia Martínez, Reinaldo Núñez y, por cierto, un importante flujo migratorio, incluyendo españoles y croatas, entre tantos otros.
Bajo la presidencia Balmaceda se construyeron el muelle Fiscal o de pasajeros (1887) y el muelle de Ferrocarril (1890), testigos de la guerra civil de 1891 y la huelga ferroviaria de 1898. En 1912 llegará el tren que conectará con los muelles referidos y la flamante estación junto al mar y el trabajo de los pescadores, cargadores y estibadores del puerto, faeneros de las compañías navieras locales: Paquete de Los Vilos – con su affaire boliviano- y Casa Streeter.
Todo el material de construcción para la infraestructura estatal o privada llegaron por barco y de allí en carretas o tren hacia el interior, lo que implica un enorme impacto arquitectónico enmarcado dentro de los avances de la revolución industrial.
Con los sucesivos accidentes y la caída de parte del muelle de pasajeros en 1939, la crisis del puerto con la segunda guerra mundial y la construcción del nuevo muelle fiscal Arturo Prat durante el plan Serena (1950) se termina una etapa embrionaria de la historia de Los Vilos.
Por ello, cada riel, fierro o clavo y cada piedra o fragmento de cemento Portland inglés debe ser protegido ya que involucra la sangre, sudor y lágrimas de todo un pueblo que en sus sueños y esperanzas forjó su destino junto al mar. Y por ello, es patrimonio de todos y merece ser protegido y resguardado.