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Los Vilos recuerda: una época dorada de bailes soleados, comunidad y costas prístinas

Cuando Los Vilos Bailaba en la Playa: Recuerdos de un Verano Idílico y su Transformación

Antes de que el implacable paso del tiempo y la erosión costera alteraran su paisaje, Los Vilos vivió una época dorada, especialmente durante las décadas de 1960 y 1970. Durante los meses de verano, las playas del pueblo, especialmente la icónica Las Brisas, se transformaban en vibrantes centros de música, baile y alegría comunitaria, un marcado contraste con su estado actual.

Los residentes recuerdan con cariño los fines de semana llenos de » bailables «, bailes diurnos que se celebraban incluso a pleno sol. » Entre los años 60 y 70, había bailes todos los fines de semana de verano, incluso a plena luz del día «, recuerda un vecino de toda la vida. El ambiente festivo no se limitaba a la costa; llegaba un tren especial desde Illapel y Salamanca, trayendo a excursionistas que, increíblemente, bailaban en el interior del tren al son de la animada música de una orquesta.

» Recuerdo que cuando era niño nos quedábamos junto a la ventana, mirando desde afuera cómo bailaban los adultos, escuchando y viendo tocar a la orquesta «, recuerda con cariño un residente , pintando una imagen de inocente fascinación con la vibrante escena que se desarrollaba en una típica tarde de playa.

El centro de esta fiesta solía ser » Las Brisas «, un local legendario cuyo dueño, Don Pedro del Buque, organizaba bailes tanto de día como de noche. Gloria Pereira, otra vileña, recuerda vívidamente las celebraciones de Nochevieja: » En Año Nuevo, todo el pueblo iba a bailar a Las Brisas y uno abrazaba a medio mundo. Yo lo pasaba genial en Las Brisas «. Pereira incluso trabajó allí como camarera, elogiando a Don Pedro y a » Titita » como excelentes jefes. » Ahora solo quedan los bellos recuerdos «, suspira.

Más allá de la música y el baile, las playas de Los Vilos también eran un centro deportivo. Israel Villarroel Tordecilla recuerda » los grandes campeonatos de fútbol y de beibefútbol «, donde » jugadores profesionales venían a competir en la hermosa playa que teníamos «.

La playa en sí era un espectáculo digno de admirar.  » Nuestra playa en aquel entonces era hermosa, con una amplia franja de arena blanca y seca «, indica Jaime Herrera. También se proporcionaban servicios esenciales; la Sra. Laura Cáceres, por ejemplo, instalaba tiendas de campaña directamente en la arena frente a Las Brisas, ofreciendo un espacio cómodo para que los bañistas se cambiaran.

Sin embargo, este idílico paisaje comenzó a desvanecerse. El deterioro de la playa, lamentan los residentes, comenzó con la intervención humana.  » Su deterioro comenzó con la construcción del muelle de la caleta, que alteró las corrientes, y posteriormente con el primer muro, que destruyó las pequeñas dunas que estaban junto a Las Brisas y se extendían hasta Matagorda «, explica el residente.

Según los expertos, estas dunas desempeñaron un papel crucial en el mantenimiento de la integridad de la playa, actuando como » reemplazo natural de la arena de playa cuando el fuerte oleaje la arrastra hacia el mar «. Su destrucción dejó vulnerable el litoral.

Para muchos vileños (habitantes de Los Vilos), estos fueron tiempos diferentes, sin duda, pero hermosos recuerdos. Aunque las playas prístinas y los bailes playeros improvisados sean cosa del pasado, los vívidos recuerdos perduran, un conmovedor recordatorio de una época dorada en la que Los Vilos brillaba con luz propia. » Tiempos que nunca volverán «, resume Israel Villarroel Tordecilla, enviando un saludo melancólico a todos los que disfrutaron de aquellos días inolvidables y un sentido homenaje « al cielo por los que ya no están «.

TEXTO SACADO DE COMENTARIOS DEL GRUPO LOS VILOS Y SU GENTE.

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